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Los mejores hoteles todo incluido de Praga, Viena y Budapest
Sumario
Praga, Viena y Budapest son tres de las ciudades más bellas y espectaculares de Europa. Dado su tamaño relativamente reducido, a la cercanía que existen entre ellas y a lo bien conectadas que están, a través del tren, muchos viajeros aprovechan para conocerlas de una sola vez, en un único circuito. De hecho, si has llegado hasta aquí, estamos convencidos de que tú también estás interesado en hacer uno.
En este sentido, conviene que sepas que la oferta de alojamiento en estas ciudades es excelente. Tanto que, si lo deseas, podrás realizar el circuito Praga, Viena y Budapest con todo incluido. En Voyage Privé queremos contarte lo que pueden ofrecerte este tipo de hoteles durante tu estancia si quieres disfrutar de unas vacaciones marcadas por el relax, el lujo y el confort.
Hoteles Voyage Privé todo incluido para Praga, Viena y Budapest
En Praga, Viena y Budapest hay un buen número de hoteles todo incluido. Por lo general, se trata de grandes complejos o resorts que disponen de habitaciones amplias y acogedoras. Habitualmente, estas han sido decoradas de forma muy elegante y sofisticada y cuentan con aparatos de aire acondicionado y calefacción, para garantizar el confort en cualquier época del año. También están dotadas de cuartos de baño de diseño, televisores de pantalla plana y, en muchos casos, terrazas o balcones amueblados, así como camas king size.
En cuanto a las instalaciones comunes, estos hoteles suelen tener piscinas al aire libre, que abren durante los meses de verano, y piscinas cubiertas climatizadas, que permanecen operativas todo el año. Mención especial merecen sus centros de spa y bienestar que, en algunos casos, ofrecen circuitos de aguas termales. Esto es especialmente frecuente en Budapest, que tiene la consideración de ciudad-balneario en Europa.
La oferta gastronómica de estos hoteles también es excelente. Se compone, por norma general, de un restaurante principal de tipo bufé y de otros temáticos a la carta. Se especializan en la cocina local e internacional (japonesa, tailandesa, italiana, mexicana...). En cuanto a los bares, son habituales los piano bar, los bares al lado de la piscina y los lounge bar. Algunos cuentan, además, con discotecas y locales de deportes.
A todas estas instalaciones podrás acceder sin límites una vez que te entreguen la pulsera del todo incluido en la recepción. De hecho, podrás comer y beber lo que quieras. E incluso hacer el uso que quieras del minibar sin sufrir recargos. Lo único que suele quedar excluido son las botellas premium de bebidas alcohólicas y los tratamientos de masaje, belleza y salud de los centros de spa.
¿Por qué elegir vacaciones todo incluido en Praga, Viena y Budapest?
Es posible que, tras lo que acabamos de decir, estés convencido de reservar hoteles todo incluido durante tu circuito Praga, Viena y Budapest. En ese caso, lo primero que debes saber es en qué consiste exactamente este régimen de alojamiento.
Cuando usamos la expresión “todo incluido” hacemos referencia a una modalidad de hospedaje superior a la de “desayuno incluido”, “media pensión” (desayuno y almuerzo o cena) o “pensión completa” (las tres comidas principales del día). En concreto, te brindará la posibilidad de degustar las comidas de sus restaurantes, los aperitivos de sus bares y las bebidas de sus discotecas y pubs de manera ilimitada. Solo tendrás que pagar un pequeño suplemento en el caso de las marcas premium, porque el resto del precio lo habrás abonado en el momento de formalizar tu reserva.
Como podrás imaginar, pagar un precio cerrado antes de viajar y tener la certeza de que podrás comer y beber lo que quieras dentro de tu hotel ofrece muchas ventajas. La primera de ellas es que evitarás sorpresas y no perderás tiempo buscando restaurantes ni haciendo cola. Además, podrás planificar mucho mejor tu presupuesto de viaje.
También disfrutarás de un nivel de lujo y de unas comodidades que no están disponibles en la mayoría de hoteles que no ofrecen la modalidad de todo incluido. Por si fuese poco, podrás centrarte en disfrutar, olvidándote de todo lo demás.
Ir de vacaciones a Praga, Viena y Budapest
En este caso, el orden en el que visitas las ciudades es muy importante. Lo ideal es comenzar el circuito en Praga, la capital de la República Checa. Se trata de un destino muy popular, por lo que a diario hay conexiones aéreas desde multitud de rincones de España. Por ejemplo, el tiempo de vuelo desde Madrid es de 2 horas y 30 minutos. Aterrizarás en el Aeropuerto Internacional de Praga-Václav Havel, que se encuentra a 17 kilómetros del centro. Una distancia que podrás recorrer cómodamente en taxi, en autobús o usando un servicio VTC.
Una vez terminada la visita, deberás poner rumbo a Viena. Es cierto que puedes usar un coche de alquiler, pero el medio de transporte más económico, rápido y seguro para realizar el trayecto es el tren. Consta de 333 kilómetros y tardarás en realizarlo unas cuatro horas. Desde primera hora de la mañana a última de la noche salen de la Estación Central de Praga varios trenes cada hora hacia la capital de Austria.
Por su parte, entre Viena y Budapest, la capital de Hungría, hay solo 242 kilómetros. Al igual que en el caso anterior, nuestro consejo es usar el tren como medio para llegar hasta ella. Una vez terminado tu viaje, parte con destino a tu ciudad de origen desde el Aeropuerto Internacional de Budapest-Ferenc Liszt. Si vives en Madrid, tardarás en llegar unas tres horas.